La comunicación efectiva es aquella que tiene unas consecuencias positivas en nuestro interlocutor y una mejora en la relaciones de las personas que interactúan, sin olvidar el aspecto intencional de la comunicación que se resume en conseguir algo a través de ella, desde una acción determinada del receptor de nuestros mensajes, un cambio en su estado emocional, una nueva forma de pensar, aceptar nuestros visión de las cosas, etc.
La comunicación efectiva conlleva ser:
1. Claro. Es importante que el mensaje que quieres comunicar sea claro para que tu audiencia lo entienda bien. Porque si tú no estás seguro, ellos tampoco lo estarán. Así que antes de hablar o escribir decide qué es exactamente lo que quieres comunicar, cuantos menos puntos mejor.
2. Conciso. Di lo que tengas que decir de la forma más sencilla y corta, no te vayas por las ramas. Elimina frases o palabras innecesarias, ¿para que utilizar dos párrafos si lo puedes decir en tres frases? Procura, además, que sea fácil de entender. Especialmente si es algo importante, que la gente no tenga que descifrar lo que quieres o leer entre líneas.
3. Concreto. Sé específico y da todos los detalles necesarios, ni más ni menos. Que les quede claro qué tienen que hacer, cuándo, cómo y con quién.
4. Correcto. Procura adecuar tu estilo de comunicación a tu oyente, fíjate en los términos técnicos, comprueba la ortografía y ¡pronuncia bien los nombres!
5. Coherente. Que lo que digas tenga su lógica, que todos los puntos que quieres transmitir estén conectados, se sigan de forma natural y sean relevantes para el mensaje.
6. Educado. Ser asertivo no significa ser agresivo, es importante que te comuniques con educación y teniendo siempre en cuenta a la otra persona, especialmente en situaciones delicadas.
7. Creativo. No es imprescindible, pero la creatividad es una forma de mantener a tu audiencia interesada y de que se queden con los puntos importantes.